martes, 10 de mayo de 2011

Patatas fritas. Cocina de supervivencia.

Aquí vamos con la segunda colaboración de mi amigo Alex. Como ya os dije, su sección se iba a llamar Cocina de Supervivencia... pues bien, ¿qué mejor plato de supervivencia que unas patatas fritas? Aquí le dejo para que os lo cuente él.

La primera receta esta dedicada a mi suegra, si, habéis leído bien, a esa persona que viene en pack inseparable con tu mujer. A pesar de los rocecillos que hemos tenido alguna vez (¿quien no ha tenido rocecillos con la suegra?) quiero dedicarle esta receta. Es una receta sencilla, que a nosotros en casa nos costo dios y ayuda cogerle el puntillo, por que nunca nos salían las patatas fritas como a mi maravillosa suegra.

Uno de los secretos esta en la materia prima: Un buen aceite y unas buenas patatas, nosotros usamos los famosos cachelos gallegos. Y el otro secreto es la temperatura.

Pelar bien las patatas y lavarlas también muy bien. Se cortan y a preparar el aceite.

Lo mejor es hacerlas en una cazuela pequeña y honda, a modo de freidora. Se echa bastante aceite, se pone la temperatura de la cocina al 4 (mi cocina va hasta el 9) y no cambiar la temperatura para nada. Echar las patatas, ya se que el aceite no está caliente, es así, se echan con el aceite frío y ya irá cogiendo temperatura. Moverlas de vez en cuando, y en 22 minutos, ¡ya están!. Veréis qué doradas y qué crujientes quedan. Ah, por cierto, hay que echar la sal, si queréis, antes de echarlas en el aceite, sino después, para que se noten los granitos de sal, como más os guste.

2 comentarios:

  1. JAJAJ, MARTA, QUÉ RAZÓN TIENES HIJA, BESINES

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  2. Madre mía... yo podría aplicarme el cuento de la receta si sirviera para dejar las croquetas perfectas. Ayer hice unas croquetas y se desbordó más aceite que cuando se hundió el Titanic.
    Alex... podías preguntarle a tu queridísima suegra si lo del fuego bajo sirve también para otros fritos...

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