Galletas-bizcochitos blanco y negro

Después de un parón bloggero estival, hay que volver a la carga con todo... y ¿qué mejor receta para volver que la que más veces he hecho este verano? Pues sí, el hecho que no publicara no quiere decir que haya tenido el horno parado (hay que ver: decidí parar porque me asfixiaba del calor y luego creo que no ha habido ni una sola semana que no haya horneado algo).

Esta receta es de unas medio-galletas medio-bizcochitos medio-brownies que de presencia quedan de lujo y de sabor ni os cuento. Se hacen tan rápido y quedan tan bonitas para quien no las conoce (bueno, y quien las conoce, siempre quiere repetir) que dan ganas de no hacer otra cosa para cuando quieres ir a un sitio y que te hagan la ola.

La primera vez que las hice, sin haberlas probado antes, fue para merendar en casa de mi amiga Marina, de Blaukitchen (sí, no os preocupéis, que las dos primeras fotos son suyas, a conciencia y a mucha honra: pedidas y entregadas con permiso). Bien, esa tarde se suponía que yo llevaba la merienda y ella se ataba  las manos y no hacía nada... ejemmmmmmm, decirle a Marina que no cocine es como decirle a un niño que no se coma el caramelo que tiene dentro de la boca: ¡imposible!

El caso es que yo conocía estas galletas por fotos y otros blogs y tenía muchas ganas de hacerlas... además, tenía que llevar algo ¡con lo que pudiera sorprender a Marina! Si no conocéis su blog, os invito a pasaros y veréis que con las cosas que hace ella (y lo bueno que está todo, que afortunadamente he tenido la suerte de probar algunas cosas) el tema de sorprenderla es bien difícil... pues bueno, no sé si conseguí sorprenderla o no, pero creo que las 3 nos quedamos enamoradas de estos minibizcochitos. Sí, sí, las 3, porque acabamos merendando también con su hija, que, según ella, vino guiada por el olor del chocolate jejeje. Ah, y por si nos quedábamos con hambre, no os preocupéis, que había más: unos muffins de plátano y Marina que, lejos de atarse las manos lo que hizo fue un delicioso Clafoutis de cerezas que estaba de escándalo. Yo tenía muchas ganas de probar ese tipo de postre y la verdad es que me sorprendió mucho: no solo por lo bueno que estaba y el contraste de sabores del bizcocho con el punto ácido de las cerezas, sino también por la textura (yo es que soy mucho de texturas jeje): ¡buenísimo!

Y una vez sabéis la historia, os dejo ya con la receta, que saqué del blog de Elisa, Mis Thermofavoritos, otro blog digno de mención y visita, no solo por sus recetas sino por las fotos: espectacular.

Notas antes de empezar

- Dificultad: poca, solo es necesario un poco de paciencia para hacer bolitas.

- Tiempo de preparación: unas 2h contando la hora de reposo.

- ¿para cuántos?: dudo mucho que alguien sea capaz de comerse menos de 3 (y de ahí para arriba), así que echad cuentas.

- ¿para cuándo?: para llevar a una merienda o para tenerlas en casa: en una fiambrera cerrada aguantan perfectas varios días... si no os las coméis antes. Lo único es que el azúcar glass se va absorbiendo, así que cuanto más recientes estén, más bonitas están por el contraste de colores.

Ingredientes (unas 32 galletas)

• 250 g chocolate negro (uso chocolate extrafino negro hacendado)
• 55 g de mantequilla a temperatura ambiente
• 100 g de azúcar
• 2 huevos L
• 210 g de harina
• ½ cucharadita de café de levadura
• 1 pizca de sal
• 1 chorrito de aroma de vainilla líquida (media cucharadita)
• abundante azúcar glass para rebozarlas 

Preparación

1. Poner la harina, la levadura y la sal en el vaso y batir 10 seg en V6 para tamizar la mezcla. Reservar y rebañar bien el vaso para que no queden restos.

2. Poner el chocolate troceado en un cuenco de cristal y fundirlo en el microondas (2 tiempos de 1 minuto al mínimo es suficiente, removiendo después de cada tiempo). Cuando ya esté fundido, añadir la mantequilla y remover hasta que esté totalmente integrada, calentando un poco más al microondas (30 seg) si fuese necesario. No os paséis con el tiempo ni la potencia del microondas que si se quema, os fastidia la receta con el sabor a requemado.

3. Poner la mariposa en las cuchillas, echar el azúcar y los huevos y batir 3 min, 37º, V3 1/2 para blanquearlos. Al acabar el tiempo, batir otros 3 min V3 1/2 sin temperatura.

4. Añadir el aroma de vainilla y la mezcla de chocolate y mantequilla y batir unos segundos en V3, hasta que esté integrada toda la mezcla (mirar por el bocal). Quitar la mariposa de las cuchillas.

5.  Añadir la mezcla de la harina reservada y batir unos segundos a velocidad 3 hasta que esté todo bien integrado (mirar por el bocal). La masa debe despegarse de las paredes. Si quedasen restos de harina en el vaso, rebañarlos con una espátula de silicona, ponerlos sobre la masa y batir unos segundos más en V3.

6. Pasar la mezcla resultante (bastante pastosa y que se pega a las cuchillas como un demonio) a un cuenco o bol grande, taparlo con un film o un plato y meterlo al frigorífico durante 1h aprox (pero no menos), así cogerá consistencia.

7. Antes de empezar con el "formado de las bolas", precalentar el horno a 180ºC ya que tardaremos en hacer la primera bandeja más o menos lo que tarda en coger temperatura el horno.

8. Poner abundante azúcar glass en una bolsa para uso alimentario (las de congelados, o éstas del ikea que me gustan tanto) o sino, poner el azúcar glass en un plato (pero la opción de la bolsa me parece mucho más cómoda).

9. Formar pequeñas bolas con las manos (como si modelásemos arcilla, del tamaño de una nuez, no más) e ir metiéndolas en la bolsa del azúcar (no más de 6 o 7 cada vez). Cuando tengáis varias bolas en la bolsa, sacudirlas suavemente como si fuesen unas maracas: así conseguiréis que se rebocen bien de azúcar sin a penas manipularlas ni marcarles los dedos (ya que con el calor de la mano la masa vuelve a ponerse blanda).

10. Una vez estén bien recubiertas de azúcar, ir sacándolas  con las manos, de una en una de la bolsa y eliminarles el azúcar excedente haciéndolas rodar un poco por vuestros dedos de manera que se queden blancas (como una bola de nieve) pero sin tener un dedo de azúcar alrededor ya que éste se caería todo al hornear.

11. Colocar cada una de las bolas en una bandeja de hornear cubierta con papel vegetal. Deben saliros unas 30-35 galletas, así que en 2 tandas (de unas 16 cada una) debéis meterlas todas. Al ponerlas en la bandeja deben estar separadas unas de otras, unos dos dedos a cada lado.

12. Hornear durante 10-15min a 180ºC hasta que craquelen (cuando es como si explotaran y se quedan como en la foto).

13. Sacar del horno y dejarlas en la bandeja unos 5 min, luego pasarlas a una rejilla (con mucho cuidado para no quitarles el azúcar glass que las recubre) y dejarlas allí hasta que se enfríen.

¡Listo!
Si sois capaces, esperad a comerlas a que se enfríen, que están más buenas... pero seguro que más de uno les hinca el diente a alguna calentita ¡mmmmm!